Sanitario o comercial. ¿Dos mundos separados?
Según la legislación actual, en España las farmacias somos un ESTABLECIMIENTO SANITARIO privado de interés público, esto es, de gestión privada pero sujeto a regulación administrativa, que garantiza a todo el mundo el acceso al medicamento . Que considera al medicamento un bien de salud y no de consumo, y por lo tanto pretende que sea usado exclusivamente con fines sanitarios , persiguiendo y penalizando otro tipo de intereses comerciales que pudiesen desviar o pervertir (por decirlo suavemente) este espíritu. Tan sagrado se considera al medicamento, que insiste en separar de forma estanca haciendo incompatibles, la prescripción del medicamento; su fabricación, su distribución y su dispensación y así se pretende que sea únicamente el criterio médico el que decida qué producto necesita el enfermo, y que ese enfermo encuentre su tratamiento en cualquier farmacia al mismo precio y que además esta farmacia esté muy cerca de su casa. ¡Ah por cierto!, el precio del medicamento está regulado, la distancia entre farmacias está regulada y el número de usuarios asignado a cada una está más o menos regulado, de forma que se garantice la viabilidad económica de las farmacias para que éstas tengan siempre en sus estanterías los medicamentos y además como decía antes, estén cerca de todo el mundo.
Esto en resumen, es más o menos el modelo mediterráneo de farmacia del que disfrutamos y que entiendo la mayoría queremos que siga así. Efectivamente, es un MODELO REGULADO, donde la administración a través de una concesión administrativa nos «reparte» los clientes a cada farmacia , nos paga los medicamentos y evita que otra farmacia abra justo al lado de nuestro local. A cambio nos pide que tengamos esos medicamentos, y que atendamos muy bien a la gente (con todo lo que ello implica y supone ). Los farmacéuticos somos conscientes de ello, y animados por los Colegios Oficiales, Consejos Autonómicos y el Consejo General , nos esforzamos continuamente en demostrar nuestra colaboración y disposición para contribuir a la mejora de la salud pública en general y garantizar la satisfacción del usuario que entra en nuestra farmacia.
Si queremos que el modelo continúe, lo único que está en nuestra mano es seguir haciendo las cosas bien y mostrar lo bien que lo estamos haciendo.
ESTAMOS REGULADOS, SI, pero SIN EMBARGO, no somos funcionarios; no tenemos una nómina que nos pague la administración. Tampoco somos una empresa que pueda expandirse y abrir nuevas sucursales en diferentes sitios. Somos sencillamente AUTONOMOS, pagamos IRPF, (nada de impuestos complicados como el iva), tenemos nuestra Botica y vivimos de nuestros ingresos que por cierto, cuanto mayores sean, mejor para nosotros.
Debo corregirme: no vivimos de nuestros ingresos; vivimos de lo que resulta de descontar los gastos a nuestros ingresos, es decir, de los beneficios.
Regulados, de acuerdo, pero somos también una empresa PRIVADA, donde tenemos nuestros empleados, nuestros recursos, nuestros gastos; flujo de caja con entradas y salidas de dinero, facturas que pagar, cobros pendientes… Como tal empresa, tenemos el derecho y la obligación de conseguir los máximos ingresos posibles, de reducir los gastos, de optimizar la gestión, invirtiendo, cambiando cosas, mejorando…
En este Blog me centro en éste último aspecto, el empresarial, que busca optimizar los recursos y explotar las posibilidades comerciales de la farmacia. Me dirijo al farmacéutico que sabe como yo, que lo realmente importante, la esencia de nuestra profesión es el medicamento. La farmacia es lo que es por su labor sanitaria y asistencial. Esto siempre presente , pero que no olvida que también es una empresa que hay que gestionar, y saber dirigir. Con clientes, pacientes y usuarios permanentemente entrando por nuestra puerta.
Si nos preguntamos ¿Qué es la salud? ¿Qué significa estar sano?, entenderemos que hablamos de conceptos mucho más amplios que el hecho de curar enfermedades. Hablamos de recuperar la salud, de acuerdo, pero también de mantenerla, de prevenir la enfermedad. Hablamos de acciones puntuales como la toma de unas cápsulas para reducir el colesterol, o un antibiótico para curar una infección, o un antidepresivo, pero también de acciones mantenidas en el tiempo; de hábitos que consideramos saludables, como puede ser la práctica deportiva. Hablamos de evitar el deterioro del organismo con la edad, de actuar sobre nuestro cuerpo de forma saludable. ¿Y la piel? ¿Es saludable cuidar la piel? ¡Por supuesto! Un aspecto saludable ¿Es saludable en si mismo? ¿Y la belleza?.
El concepto de salud implica enfoques muy diversos como vemos; curar enfermedades es por supuesto fundamental en nuestra profesión, como custodios y responsables del correcto uso del medicamento por parte del paciente; sin embargo hay otros aspectos que también tienen que ver con la salud, con la vida sana, que deben formar parte de nuestro ámbito profesional y que debemos conocer y por supuesto ofrecer al público y poner a la venta en nuestra farmacia.
Desde este blog trato de trasladar la idea de que las Farmacias somos «Centros de Salud», donde ofrecemos productos ¡Y SERVICIOS! para la Salud, y el Bienestar. Productos saludables para ayudarnos a mantenernos sanos y a recuperar la salud y que incluyen toda una gama de artículos de alimentación, cosmética, higiene, prevención, protección, y por supuesto, tratamiento de enfermedades.
Todos quedaríamos muy extrañados si nos enteramos de que nuestro vecino farmacéutico está vendiendo pan en su farmacia. Sin embargo entiendo perfectamente normal tener en mi farmacia una línea de productos de alimentación… para celíacos. Tampoco creo que ninguna farmacia venda leche semidesnatada en tetra brik, sin embargo SÍ que vendemos tetra brik de leche… para niños menores de 24 meses. ¿Dónde está la diferencia?.
Entiendo que sí la hay, y está en el valor añadido de calidad, seguridad y garantía que nosotros como farmacéuticos otorgamos a los productos que vendemos/dispensamos en nuestra farmacia. Esto es algo de un valor enorme para nuestra profesión, y que debemos conservar cueste lo que cueste. Es nuestro principal activo.
Bajo mi punto de vista la parte sanitaria y comercial no son incompatibles, siempre y cuando no perdamos de vista nuestra misión, que en general, para todas las farmacias tiene mucho que ver con la idea de «expertos en el medicamento» y que en mi caso particular es «vendemos salud» (por cierto, copiado).